Lingüística ECO - Teresa Moure

Acabamos de leer una publicación muy importante desde el punto de vista de la lingüística actual. Reflexiona sobre unos temas muy poco tratados en el mundo en general, y los analiza de una forma muy abierta y concreta. Pone espejo a la realidad de las lenguas minoritarias, sus condiciones frente a las lenguas potentes y describe tanto las medidas que tentan de imponer algunos lingüistas y activistas, como la ignorancia y laxidad de actidud de otros. Este resumen o uno parecido, podría servir en diferentes materias lingüísticas, y en diferentes partes del mundo, para divulgar la videncia de las dificultades que confrontan algunos idiomas hoy en día y desde hace siglos.

De todos estos apartados muy importantes, para mí, personalmente, sobresale una idea con la que me puedo relacionar por mi propia experiencia y estoy segura de los hablantes del gallego también podrían relacionarse con ella. Y es que los estudiantes por todo el mundo estudian, se gradúan y se titulan en una carrera filológica sin tener un mínimo conocimiento sobre otros idiomas, además del aquel estudiado.

Es muy triste no saber de la existencia de una lengua de una tribu africana. Es muy triste no saber denominar ni un idioma más, aparte del mandarín, que sea hablado en China. Pero aún más triste me parece, cuando se trata de un idioma de nuestro propio continente, el cual es considerablemente pequeño.

¿Cómo es posible que un estudiante de filología le pregunte a mi amiga finlandesa, si su lengua materna es el inglés? Suponiendo solo porque Finlandia está en el norte...
Con lo que la gente no sepa que mi lengua nisiquiera existe, ya me acostumbré. Ya me acostumbré, pero nunca me voy a conformar con eso. Porque no hablo de la gente sin instrucción, hablo de mis compañeros de clase, de la gente que supuestamente pronto se graduará y obtendrá título por sus estudios. Y esta misma gente me pregunta si eslovaco es un dialecto (de checo o de ruso), si se escribe en cirílico o si tiene gramática. Sinceramente, no me quiero imaginar la reacción de un gallego si le preguntara lo mismo...

Todavía nos falta mucho por aprender a todos. Yo tampoco podría reconocer la lengua de Togo o de Kirguizia. Creo que el primer paso podrían dar las universidades con ajustar los planes de estudios, añadiendo algunos temas dedicados a las lenguas del mundo. Por eso estoy muy agradecida por las publicaciones como ésta, porque obviamente, el interés por los idiomas del mundo, por todos - incluso por los muertos o aquellos en peligro - sigue vivo y actual, y que hay posibilidad de que algún día todos les lleguemos a dedicar mucha más atención.

Comentarios

Entradas populares de este blog